DIRECCIÓN REGIONAL DE EDUCACIÓN CAJAMARCA
INSTITUTO
SUPERIOR DE EDUCACIÓN PÚBLICO
“NUESTRA SEÑORA DE CHOTA”
Creado por
R.S. Nº 311 del 19-09-1961 – Reinscrito con D.S. Nº 017-2002-ED y
Adecuado por R.D.R. Nº 3760-2011-CAJ
![](file:///C:/Users/Juanito/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/02/clip_image005.png)
Institución
Acreditada ¡Líderes en Formación Docente!
Proyecto Integrado
“Recopilación de
cuentos tradicionales”
Especialidad: Educación Inicial
Ciclo: V
Alumnas: Díaz Anaya Fany
Guevara Bustamante María Erlita
Herrera Idrogo Judith Analy
Lozada Díaz Noemí
Mera Fernández María Janeth
AÑO 2016
Fundamentación
La narración de cuentos es una cautivante
experiencia para todas las edades, sobre todo aquellos que han llegado a
nosotros transmitidos por vía oral, de generación a generación y por el hecho
de ser patrimonio de todos, tenemos la libertad de recrearlos, ya sea variando
alguna de sus partes, alargándolos, condensandolos, corrigiendo su lenguaje.
Asimismo a través de la recopilación de
cuentos el niño va empezar a jugar, a expresar sus pensamientos, sentimientos, sensaciones,
gestos, actitudes.
Por lo tanto el niño se
acercará al mundo de la literatura, de la invención de cuentos, en esta mezcla
de realidad y fantasía, donde a través de imágenes onomatopeyas, sonidos, etc.,
pueda identificarse con las historias, canalizar miedos, resolver conflictos
para regocijo y placer, no solo lo ayuda a desarrollar su autoestima sino
también a fortalecer el espíritu y la imaginación.
Objetivos
- Que el niño reconozca los cuentos tradicionales de su comunidad.
- Que el niño identifique los personajes principales y secundarios de cada cuento.
- Promover la concentración y la escucha de los cuentos.
- Permite al niño desarrollar su creatividad y su imaginación.
- Fomentar la libre expresión sobre los hechos relatados de los cuentos.
- Que se acerquen al campo literario y lo relacionen con otros lenguajes.
Cuento el haragán
Cierta
vez había hombre que era muy ocioso, un día le dijo su papá que fuera a la
montaña a traer leña, entonces él con
tanta pereza enjalmo su burro, cogió un
hacha y se fue a traer leña, entonces llegó a la montaña y sintió tanta pereza
que no se bajó del burro y se puso a cortar el palo, en eso que estaba de un
solo hachazo lo corto la cabeza del burro, y el burro murió, él con la
desesperación y el miedo ya no regreso a su casa, paso la noche debajo de un árbol se tapó con las caronas
del burro y de tanta preocupación no podía dormir y ese momento escucho a dos
palomitas que estaban conversando en el árbol, “ellas decían que el rey estaba muy enfermo y es porque un sapo que
está debajo de su cama y que ningún médico lo puede sanar mientras no saquen
ese animal, y que el rey había dicho que aquel hombre que lo sane le da que se
escoja a cualquiera de sus tres hijas para que se case con él, y también
escuchó que un pueblo está en escasez de agua y que nadie sabe que hay una
inmensa piedra y que debajo de ella está el agua y si lo levantan esa piedra
tendrían agua en abundancia”, entonces apenas estaba amaneciendo él se
dirigió al palacio del rey, pero el camino estaba pasando por ese pueblo, y se
encontró con un señor y el haragán le dice he escuchado que acá en su pueblo
están sufriendo por agua, si quieren yo les digo donde hay agua porque soy
sabio, pero para eso me tienen que pagar mucha plata, entonces todas las autoridades
reunieron la cantidad que les pidió, el haragán se hizo que verlo en el cuero
del burro que llevaba, como ya lo había escuchado a las palomitas y le dijo
vayan y levanten aquella piedra y habrá bastante agua, los pobladores se fueron
a levantar la piedra y salió bastante agua y se lo llevo a casi medio pueblo,
pero estaban felices porque tenían agua en abundancia y esta noticia se
expandió casi por todo el mundo, y llego a oídos del rey, de inmediato ordenó
que se lo buscaran a ese hombre y lo llevaran a su palacio, el haragán llego al
palacio ya más cambiado con la plata que ya había ganado, se presentó ante el
rey y le dijo, mmm yo de inmediato le sano, tan solo con la mirada ya sé que
tiene usted; dijo ordene que venga a sus hombres de confianza y que traigan
herramientas porque van a trabajar, entonces los hombres llegaron donde el rey
y haragán les dijo allí debajo de la cama hay un sapo, si quieren que su rey se
sane vamos abajo sáquenlo y mátenlo porque ese animal lo estaba chupando su
sangre por eso es que cada día estaba peor, y así lo hicieron y el rey quedó
desde ese momento sano, como agradecimiento lo presento a sus tres hijas y lo
dijo que se escoja con cuál de ellas se quiere casar y el haragán eligió a la
más bonita, se casó con ella y vivieron muy felices.
Contado por: Fredesvindo Guevara Vásquez
Cuento del
Humilde
c Cierta vez había una mamá con sus dos hijos, pero uno de ellos era especial, su
hermano se fue a trabajar lejos y le dejo a su mamá con su hermano especial,
así pasaba el tiempo su mamá ya estaba más viejita, un día, la viejita tostó su
trigo para su harina y estaba comiendo con su hijo, en eso su hijo como era
especial a veces no se daba cuenta y le coge a cosquillarle a su mamá y como la
viejita estaba comiendo harina se ahoga y se murió.
Un domingo estaba el cura haciendo misa en la iglesia, y el gafito, lo cambia a su
mamá pero ya muerta y lo lleva a misa, para suerte es el primero que llega a
misa, se sienta en la primera banca, lo hace sentar a su mamá a su lado,
entonces el cura empieza la misa, y les pide que se sacaran la prenda de la
cabeza, todos se sacaron menos la viejita, y el cura le dice; señora sáquese el
sombrero y muchas veces lo repetía pero no hacía caso y le dio tanta cólera al
cura que viene de un manazo le bota el sombrero lejos y la señora cae al piso,
en eso el gafito se pone a gritar “ayayay lo mató a mi mamita”, y el cura le
dice que se callara que le va a dar 3 sombreros de plata, recibe la plata y a
su mamá el cura lo entierra en la iglesia y el gafito sale feliz con mucha
plata y llega a su casa y lo encuentra a su hermano, y le pregunta dónde está
mi mamá, el gafito le responde; se murió y por ella me han dado 3 sombreros de
plata, en eso su hermano, a media noche mata a su mujer, y se va por la plaza diciendo;
de venta muertos, de venta muertos, y
viene la policía lo coge y lo llevan a la cárcel, hoy si dijo; el día
que salgo lo mato a mi hermano, paso el tiempo un día, el gafito estaba yendo
al cerro y encuentra a un pastor con muchas ovejas, y el pastor le dice que lo
viera a sus ovejas mientras él se va a buscarlo a 2 de sus ovejas que se han
perdido, el gafito se queda cuidando y ya se llegó la noche y el pastor no
llegaba, entonces el gafito arreó todas las ovejas a su casa, y justo ese día,
sale su hermano de la cárcel y lo espera en su casa al gafito para que lo mate,
y ve a su hermano llegando con muchas ovejas y le pregunta; y todas esas
ovejas, el gafito responde; yo me fui al cerro y me rodé y en cada golpe que me
daba decía de un golpecito un corderito, de un golpazo un carnerazo y así se
han ido multiplicando las ovejas, su hermano como era tan ambicioso le dice que
lo llevara a la peña y que lo ruede, porque él también quiere ovejas, entonces
el gafito coge una saqueta negra y lo lleva, llegaron a la punta del cerro, lo
pone a su hermano dentro de la saqueta y le dice yo te empujo y tu empiezas a
gritar, entonces el gafito lo empuja y su hermano empieza a gritar de un
golpecito, un carnerito, y después se rondando rodando llegó a un plan pero ya
muerto y el gafito se quedó feliz.
Contado por: Fredesvindo Guevara Vásquez
El hombre que quería ser rico
Cierta
vez había un hombre que anhelaba en el alma ser rico, y quería conseguirlo a
como dé lugar, muchas veces pensaba lograrlo trabajando con mucho esfuerzo,
pero otras veces quería meterse al tráfico, pero su esposa no lo dejaba, entonces un día decidió viajar lejos para trabajar, se
fue dejando a su esposa embarazada, pero él se fue sin saber, que su esposa
estaba embarazada. El empezó a trabajar mucho para salir de la pobreza, así iba
pasando el tiempo y ya tenía algo de dinero,
ya pensaba regresar a su casa; entonces un día decidió regresar con su
amigo.
A su regreso le encontró un señor anciano, en todo el cruce de
dos caminos, y le dijo anda por el camino de arriba, para que llegues con bien
a tu casa, pero él no hizo caso, dijo: ese viejo loco que se cree que me ordena
a ir por donde él quiere, seguro que por arriba esta su cuadrilla para que me
asalten mi plata, por eso me manda por allí, y así iba caminado hasta que llegó
a orillas de un inmenso río, y quiere regresar para ir por el otro camino, y
viene el río con más fuerza y lo pierde entre las aguas, su amigo muerte, pero
el logra salvarse, triste, solo y sin dinero sigue su camino, y al llegar a su
casa le ve a su esposa y a su lado su hijo, él pensó que lo estaba sacando la
vuelta, entonces saca su pistola y le dispara a su hijo, y su mamá corre
diciendo: hijo mío no te mueras espera que al menos te conozca tu padre, al
escuchar eso, el señor se va corriendo, le pide perdón a su esposa, porque en
realidad no sabía que se había quedado embarazada y pensaba que ya se había
casado con otro, la señora le perdona y tienes muchos hijos y viven felices
para siempre.
Contado por: Fredesvindo Guevara Vásquez
La Minshula
Cierta
vez había un hombre que tenía muchos hijos y su esposa murió, y él se casó con
otra mujer y no les quería mucho a sus hijos, la comida que hacían no alcanzaba,
comían muy poco y no se llenaban, un día, la madrastra se levantó a media noche
a cocinar para que coman solo con el señor, ya la comida era casi listo y un
niño estaba en su cama pero despierto escuchando todo, y la madrastra le dice al
señor, alcánzame la cuchara para ver la comida si ya está y llega el niño,
diciendo: acá esta mamita la cuchara, la madrastra llena de cólera le dio de
comer a todos y se fueron a dormir, y le dijo al señor; mañana llevas a una
china con un cholo a botarlo a la montaña con pretexto de traer leña, porque
tienes muchos muchachos y la comida ni alcanza, entonces amaneció y el señor
los llevó con engaños de traer leña, llegaron a la montaña y el señor les dijo
a sus hijos, acá me esperan voy a traer leña la hora que está listo la carga
vengo a llevarles para ir a la casa, los niños se quedaron jugando, y ya era
tarde el señor no llegaba, el cholito que era más grande le dice hermanita hay
que subirnos al palo más grande de la
montaña para verlo nuestra casita, entonces se subió y vio una chocita que
estaba saliendo humo, y le dijo, hermanita allá hay una cosita que está humeando,
seguro esa es nuestra chocita vamos; se van pero antes de llegar en cholito le
deja a su hermanita y se va a verlo primero el, llega a la chocita y ve a una vieja que estaba haciendo
tortillas, el diciendo: ñau, ñau robaba las tortillas, la minchula decía chooo
misho no me robes las tortillas y el cholito llevo una milca de tortillas para
su hermanita comieron, y su hermanita le ruega a su hermanita que lo llevara,
él no lo quería llevar porque era muy reilona, pero tanto que le rogaba lo
lleva y cuando está el niño robando las tortillas, la niña resulta jajajjajaj y
la minchula lo escucha y le dice: lleguen hijitos cuantos son ustedes, los
niños responden somos 2, lleguen dijo la minchula con mucha amabilidad, paso el
tiempo y los niños estaban ya gorditos y la minchula tenía intenciones de
comerlos ya, pero un día apareció una palomita del cielo, cuando los niños
estaban juntando leña; la palomita le dijo: esa señora que les está cuidando es
una minchula y les quiere comer les va a decir que se suban a una cuna y debajo
hay un perol de agua hirviendo y ustedes van hacer lo siguiente: el día que les
dice que se suban, ustedes lo dicen que se suba ella primero porque ustedes no
saben le dicen, y cuando este arriba, lo empujan fuerte y se va a caer y se va
a quemar, los niños así, lo hicieron y cuando la minchula cayó al agua, dijo:
mis piojos, mis pulgas les ha de comer malditos y murió, de la minchula salió
un perrito y bajo una canasta del cielo los niños se fuero allí con su perrito
y fueron muy felices.
Contado por: Fredesvindo Guevara Vásquez
El zorro y el
conejo
En una
noche de ronda vimos a un conejito que acababa la alfalfa de don Ezequiel.
Pero, él pensaba que lo robaban, siempre alegaba con sus vecinos: con la señora
Delaida, que andaba con su rueca; la cojita, que vive en la loma y con el señor
calasancio, que vive en la banda.
Un
día, los perros de la cojita ladraron y el conejito corrió rápidamente y se
enterró en un hueco, que había en medio el camino, solo los ojitos se podían
ver.
De
pronto apareció por el camino un zorro grandote, y este de pura curiosidad, le
pregunta:
¿Qué
haces aquí, conejito? ¡Ay, señor zorro! Le contesta el conejito, yo aquí estoy
mirando, porque, por acá pasan las buenas mozas.
Pero,
¿Quién anda? Le dice el zorro.
¡ Una
mujer con su rueca! Le contesto el conejito.
Entonces,
el zorro le dice.
¡ Ay,
conejito! ¿No podrás hacer un huequito para esconderme y mirar también a las
buenas mozas?
¡ Con
tal que no me coma! Yo, si le hago el huequito para mañana.
Al día
siguiente, llego apresurado el zorro y pregunto al conejito:
Ya
está listo el huequito?
¡ Ya,
señor zorro, ya está listo! Respondió el conejito.
Pero,
¿a qué hora pasan las buenas mozas? Pregunto el zorro.
¡ Por
ahí viene una buena Mosa, escóndase rápido! Dijo el conejo.
EL zorro se enterró apresurado en el huequito, se tapó todo el cuerpo, que solo
los ojos quedaron brillando. Cuando vio a la buena Mosa, el zorro de tanta
emoción grito: ¡añañauuu…! La mujer asustada, mire al piso y ve los ojos
brillando del zorro, inmediatamente saco su uso y, de un puyazo, lo reventó un
ojo del zorro. Este salió gritando ¡mi ojo, mi ojo, mi ojooo...! En eso,
aparecieron los perros de la cojita, lo cogieron y lo hicieron pedazos.
La flor de
liloray
Había
una vez un padre muy hacendado que tenía tres hijos, uno era el más haragán, el
otro era muy ambicioso, y el ultimo era humilde, un día su padre estaba muy
enfermo y le dijo a sus hijos tres hijos, que solo una flor le podría curar su
enfermedad y esa flor era la flor de liloray, y el que lo encontraba la flor le
daba toda su fortuna que el tenia, pero
que esa flor se encontraba en medio de una montaña, al que era haragán
lo envió por la mano derecha, al ambicioso por la mano izquierda, y al humilde
por el centro, pero ellos quedaron que se encuentren en un serró, pero el que
lo encontró la flor fue el más humilde sus hermanos al saber que él lo encontró
la flor cavaron un hueco muy hondo y lo enterraron vivo, cuando llegaron a su
casa su padre pregunto dónde estaba su hermano pero ellos dijeron que no sabían
nada. Su padre le dio toda su fortuna a sus dos hijos, pasaron meses y su hijo
no aparecía, y donde le habían enterrado
había crecido carrizos, un día pasando por allí un pastor con sus ovejas quebró
un carrizo e hizo una quena, cuando empezó a tocar su quena decía:
No me
toques pastorcito no me dejes de tocar mis hermanos me mataron por la flor de
liloray, el pastorcito muy sorprendido fue y aviso a mucha gente llegaron para
allí también su padre y sus hermanos, cuando su padre empezó también a tocar y
en la quena decía.
No me
toques papacito no me dejes de tocar, mis hermanos me mataron por la flor de
liloray, su padre muy sorprendido empezó a cavar y lo encontró a su hijo que
aun todavía estaba vivo, su padre se sintió muy feliz porque su hijo había
estado vivo, cuando él supo la verdad sus hijos que habían hecho le
quito todo lo que tenían y le dio a su hijo el humilde y vivieron felices para
siempre.
Contado por: Cirila Guevara
El limosnero
Una
vez un viejito llegó a pedir limosna a una casa, pero no le dieron nada.
Entonces
el viejito dijo:
-
¡No me dan, pero más tarde se van arrepentir!
Se fue
a otra señora, tampoco le dio nada y más bien le dijo:
-
¡Viejo
haragán, trabaja si quieres comer, yo también necesito que me den!
Al atardecer cayó una lluvia torrencial que
asustó a todita la gente y arrasó con
las cosas de al señoras. Que pué el viejito había sido Dios, que vino a ver el
corazón de la gente.
Contado por: Melanio Mera Vásquez
El árbol del
diablo
Había
una vez un señor llamado juan, que cortaba árboles. Un día estaba paseando por
un bosque en busca del árbol más grueso. De tanto buscar encontró uno, pero
tras de ese árbol había un hueco y pensó que era muy especial. El señor pensó
un rato y dijo: mejor voy a cortar un árbol muy más fino; busco, busco y
encontró uno, pero era muy chico. Entonces decidió regresar y cortar el árbol
grueso que encontró primero. Mientras cortaba escucho que lloraban y miro por
un lau y otro. Y vio una luz bien grande, era el diablo. El señor asustado
corrió gritando: ¡auxilio, auxilio! Desde ese día nunca más volvió a cortar
árboles del bosque.
Contado por: Lorenzo Bustamante
La cuda
Cierto
día, un señor estaba sentado debajo de un árbol mirando a los pajaritos.
Después de un momento, se puso a descansar y se quedó dormido. En ese momento, apareció
una cuda. Pero el señor ni un ´poquito se dio cuenta, porque era durmiendo. La
cuda piso en las hojas secas del árbol haciendo un ruido, el señor entre sueños
lo escucho y se despertó mirando a todos los lados, pero la cuda das se
escondió tras el árbol. El señor al no ver nada, pensó que era su esposa y sus hijos y se volvió a dormir. La
cuda se subió al árbol y nuevamente hizo un ruido, pero realmente, era la cuda.
De tanto escuchar ruido, el señor dijo: ¡carambas! hijos dejen descansar un
momento, pero los ruidos continuaban. Entonces, el señor se levantó a ver, pero
se encontró con la cuda, sea susto y se quedó mudo para toda su vida.
Contado por: Alejandro Barboza Becerra
El pozo de
gallo
Había
una vez, un pozo que se llamaba “el pozo del gallo “, porque a las doce de la
noche salía un gallo de oro a cantar. Una noche lo revelo a un señor
diciéndole: -¡tienes que traer escrito en un papel blanco tu nombre, con tu
nombre, con tu misma sangre y te daré muchas riquezas! el señor como era
ambicioso al dinero, hizo todo lo que le revelo el pozo.
A la
noche siguiente, el señor se fue al pozo y llamo: ¡gallo! ¡Gallito de oro! aquí
tengo lo que me pediste en ese momento salió una tremenda serpiente que le roso
todo su cuerpo. El hombre se compacto,
pidió dinero y oro en abundancia. Inmediatamente el gallo apareció con un baúl
y un cántaro de oro, el hombre al ver tanta fortuna grito desesperado:-¡soy
rico! ¡Soy millonario!
Después
de una un semana el señor se aloco y todas las noches se iba a dormir al pozo
del gallo, hasta que un día falleció. Sus hijos
lo enterraron pero a la media noche los demonios se fueron, lo sacaron
de la sepultura y lo llevaron de vuelta al pozo del gallo
Contado por: Irma Barboza Cayotopa
La piedra mala
Había una vez,
una piedra que comía gente, por eso, lo llamaban “piedra mal”. Cuando la gente
pasaba por su costado, sentían como si se moviera y ahí, era cuando les
asustaba, caían desmayados y luego les comía.
Algunos días se
movía de donde estaba; siempre bajaba más abajo y cuando bajaba, más gente
asustaba.
Esa piedra era
muy mala en ese tiempo, porque asustaba a las personas, pero ahora ya no es
mala y se queda en un solo lugar.
Contado por: Atilano Idrogo
El cura y el criado Juan
Había una vez,
un cura muy avariento que le gustaba ahorrar y ahorrar para que tenga más y
máas dinero. Este tenía un criado que se llamaba Juan, el ganaba muy poco.
Un día, el cura
le dice:
- ¡Hay Juan!
¿Cómo es que vives gordo y hermoso? en cambio yo estoy flaco.
- ¡No pué padre!
Le dice Juan; usted tiene que comer
también el caldo, que pué usted solo carne come y a mí solo el caldo me
déjaste.
Después el
criado le dijo al cura:
- Le hago una
apuesta, vamos comiendo tres días bien y tres días nada y así ahorramos más.
-¡Señor juez!
Mi patrón ya estás en agonía de muerte y todas sus riquezas y haciendas lo deja
con mi persona, yo le voy a gratificar
con tal que haga bien la documentación.
Cuando llegaron
al cuarto Juan se puso atrás del juez. Entonces el juez pregunta:
- ¡Señor cura! ¿
A quién le deja sus bienes?
J Juan sacaba el
pan por un costadito sin que el juez se diera cuenta y al ver el cura gritaba
¡Annn, annn!
- ¡Señor juez,
para Juan dice!;
Nuevamente
pregunta el juez.
- ¿Con quién lo
deja sus haciendas?
J Juan sacaba el
pan y el cura decías ¡Annn!, ¡Annn!
- ¡Para Juan
dice, señor juez!
En ese momento,
el cura se murió y todas las riquezas quedaron para Juan.
Contado por: Irma Barboza Cayotopa
El aruna puma
Es la
historia triste de un pobre labrador, encontrada en muy escasos de recursos,
decidió dedicarse al pillaje. Pasaba los días durmiendo en medio de los bosques
y por la noche salía a efectuar sus averías en las propiedades ajenas. Sin
embargo, en varias ocasiones fue cogido y sometido a la justicia; pero aquella
manera de vivir se había convertido en un hábito y volvió a las andadas. Mas,
una noche de esas es que hacia sus fechorías en un rebaño, cayó en manos de un
brujo; este le llevo a su habitación y le amenazó con llevarlo a la justicia;
entonces el ladrón le conto toda su historia, manifestándole que tenía muchos
hijos y no podía sostenerlos con un trabajo honrado, porque ganaba muy poco. En
vista de esto, díjole el brujo: “voy a darte un bebida para que cuando quieras
te conviertas en león y puedas correr, saltar y atacar como si fueras un león
de nacimiento; pero has de procurar que no te cojan, ni te hieran, porque en
ese caso el brebaje pierde su poder y te convertirás en hombre definitivamente;
además , es necesario que no perjudiques a la gente pobre y cojas solo lo
necesario para el sustento de tu familia ”.Dicho esto, le dio a beber, primero,
un brebaje rojo y después, uno verde.
Una vez que el labrador los hubo bebido dijo el hechicero:” cuando
quieras convertirte en león, te das volteretas en el suelo y quedaras
convertido en aquel animal; para volver a ser hombre te darás otras dos
volteretas”. Sometióse el embrujado a la prueba u resulto excelente. Separóse
el labriego del hechicero y por la noche hizo la aplicación de nuevo método.
Dándose dos volteretas se convirtió en león; ataco el redil más próximo y cogió
dos ovejas, que llevo a su casa. Allí repitió la maniobra de las volteretas y
quedo convertido nuevamente en hombre. De este modo continuo con su vida,
dedicándose de día a trabajar en algo y por la noche a coger presa, de cuando
en cuando. Pero como en la comarca corría ya la noticia de que un misterioso
león, que no podía coger, hacia fechorías en los rebaños, los vecinos se pusieron
alerta para darle caza. Una de esas noches, el hombre hechizado, convertido en
puma, se aproximó al rebaño de unos de los labriegos; al oír el ladrido y
alarido de los perros, aproximose aquel con una escopeta, y viendo a un fornido
león abalanzarse sobre sus ovejas apuntóle al cuerpo y disparó. Cayó el león
herido; mas, cuál sería la sorpresa del labriego cuando, al aproximarse, vio
que no era un león lo que había herido, sino un hombre.
Se
había cumplido el pronóstico del brujo de que cuando vertiese sangre se
convertiría en hombre definitivamente, interrogo asombrado el dueño de las
ovejas y el “Aruna - puma” contesto que el evidentemente era un ser humano y
que debido a su miseria se había hecho “curar” con un brujo para así poder
buscar el sustento para él y para su familia.
Compadecido
el dueño de las ovejas, le curó la herida y le tuvo unos días en su casa.
Pronto mejoro aquel hombre – bestia; pero cuando regreso a su casa, encontró
que todo su familia estaba muriendo de hambre. Desesperado, volvió a regresar a
la casa del brujo y cuando se encontraron le contó sus desgracias,
manifestándole que deseaba nuevamente su ayuda. El brujo le dio nuevamente las
dos bebidas y, además, la receta para que pudiera utilizarla cuando quisiera.
Este hombre vivió así yoda su vida y al morir dejo la receta a uno de sus
hijos, el cual lo volvió a trasmitir a sus descendientes, de tal modo que
alguno de ellos queda todavía; por eso, de cuando en cuando, aparece en las
campiñas de provincia de Chota un león misterioso que diezma los corrales de
ovejas, el cual es muy difícil darle caza.
El moc- moc-pum
Una
mujer se quedó dormida con un vivo deseo de tomar agua, pero sin satisfacer su
sed. Mientras dormía, soñó que vagaba por el campo y encontró una fuente n la
cual se aproximó y bebió en abundancia. Pero mientras la mujer soñaba, su
cabeza se había separado del cuerpo y, dando grandes saltos, gritaba:
“Moc-Moc”, al mismo tiempo que se golpeaba contra el suelo, produciendo el
sonido característico: Pum! Cuando la mujer despertó, se sorprendió de no
sentir la sed devorada de la víspera; pero al mismo tiempo advirtió que su
cabeza esta golpeada, maltratada y adolorida, luego lo conto todo a su marido y
este su puso pensativo y sombrío, cambiante de carácter y volviéndose
malhumorado con su mujer. Así pasaron algunos días amargos el humilde hogar,
intranquilizado por el relato de la inocente mujer. Una noche en que el marido
regresaba muy tarde a su casa, sintió cerca de él unos gritos extraños y un
ruido como si algo caía al suelo. Asombrado y nervioso, penetro
en su casa y fuese a donde se encontraba su mujer durmiendo; quiso tocarle la
cabeza, pero quedó atónito y paralizado al ver que el cuello de aquella yacía
decapitado, mostrando el cuello n corte completo, pero no encontró la cabeza,
lo cual se puso a gritar con todas sus fuerzas, llamando a su mujer, quien no
le respondió. Entretanto, la cabeza regresaba del campo, dando sus gritos
característicos y produciendo el ruido especial de cosa que cae. Al fin penetró
por la puerta y se aproximó al cuerpo de la mujer, mientras el marido mientras
el marido permanecía aterrad, y como el cuello de la infeliz había sido tocado
por la mano de aquel, la cabeza no se adhirió al cuerpo y siguió dando furiosas
volteretas por toda la casa, hasta que con gran fuerza se pegó en el cuello del
marido, el cual quedo con dos cabezas, la propia y la de su mujer que había
muerto entre tanto.
En
relación con este relato, dicen que un labriego encontró en un matorral una
cabeza de mujer, cuyos cabellos se habían enredado entre las malezas, cerca de
un puquio de agua, pero que dicha cabeza presentaba signo de vida. El campesino
la desenredo y lo dejo en libertad. La cabeza empezó a dar grandes saltos,
alejándose del campesino, quien ya había reconocido que la cabeza era de una
comadre y que le había puesto una señal
en la frente con un pedazo de carbón. Poco tiempo después fue a visitar a la
susodicha comadre y encontró que en la frente que tenía la misma señal que él
había puesto, entablo con su comadre una conversación confidencial acerca de su
hallazgo anterior, y ella le conto que la víspera se quedó dormida sin
satisfacer la sed que sentía al momento de acostarse y soñó que tomaba agua en
u puquio vecino y que por la mañana se despertó muy tarde, sin sentir la sed de
la noche anterior, pero con la cabeza adolorida, como si le hubieran hincado
con espinas. Ambos llegaron a comprender que la cabeza se había separado del
cuerpo durante el sueño.
Los
campesinos dicen que en ciertas ocasiones se oyen los gritos del moc moc,
seguidos del ruido ¡pum!; por eso creen que efectivamente existen cabezas
errantes que vagan por el campo cuando las personas a las cuales pertenecen
tienen sed, y más especialmente cuando están en trance de morir.
Cada
vez que un campesino y algún habitante del pueblo escucha, por la noche, los
gritos del moc moc pum pronostica que algún vecino fallecerá.
DIRECCIÓN REGIONAL DE EDUCACIÓN
CAJAMARCA
INSTITUTO SUPERIOR DE EDUCACIÓN PÚBLICO
“NUESTRA SEÑORA DE CHOTA”
Creado por R.S. Nº 311 del 19-09-1961 –
Reinscrito con D.S.Nº017-2002-ED y
Adecuado por R.D.R. Nº 3760-2011-CAJ
![](file:///C:/Users/Juanito/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/05/clip_image005.png)
Institución Acreditada
¡Líderes en Formación Docente!
PROYECTO
RECOPILACIÓN DE CUENTOS INFANTILES
DE CHOTA
Presentado por:
CIEZA COLUNCHE, Vasti
MEJIA RUBIO, Magali
CAMPOS SANCHEZ, Ivili
DIAZ PEREZ, Erica
MARRFO CIEZA, Yulicsa
SILVA DIAZ, Yudith Nataly
Asesor:
Ana Melva Bustamante Vásquez
Chota - Perú
2016
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de
didáctica aplicada al área de comunicación, las estudiantes del V ciclo de
Educación Inicial presentan la
recopilación de cuentos infantiles; mediante esto buscamos reconocer nuestras tradiciones culturales
expresadas mediante los cuentos.
Cada cuento es narrado
basándose en las tradiciones y costumbres de cada comunidad.
Estos cuentos serán adaptados para niños, cada escena
que presenta situaciones temerosas y
palabras que dificulten la comprensión del cuento serán remplazadas por
situaciones, personajes y palabras adecuadas de acuerdo a la imaginación y
fantasía del niño.
Esto permitirá
que el niño no tenga temor al escucharlo sino más bien identificar cada
acción del cuento con alegría y siempre llegando a un final feliz.
Mediante este proyecto buscamos crear
nuevos cuentos y nuevas formas de narrar cada historia, cuentos, mitos,
leyendas de cada comunidad. Esto nos ayuda como practicantes y como futuras
educadoras de niños a fortalecer nuestra
cultura y valorar lo que cada comunidad posee en el aspecto literario y mediante esto motivar a los docentes de
educación inicial a promover nuevas prácticas en la utilización de los cuentos y adaptarlas para niños y ponerlo en
práctica tratando de mejorar cada aspecto, buscando el desarrollo y avance en
cada uno de ellos.
OBJETIVOS
Que el niño logre:
* Reconocer distintos cuentos tradicionales.
* Identificar los diferentes personajes de cada
cuento.
* Acercarse a la obra literaria como una forma
de expresión artística.
* Expresar diferentes sentimientos a la hora de
escuchar un relato.
* Participar en las actividades relacionadas
con la lectura y modificación de un cuento tradicional.
* Diferenciar las distintas partes de un libro.
* Disfrutar la escucha de cuentos
tradicionales.
* Respetar los cuentos tradicionales como
medios para transmitir saberes y valores.
* Iniciarse en la recreación y modificación de
historias clásicas.
* Dar opiniones sobre personajes y situaciones
de un cuento.
* Dramatizar las partes de un cuento
tradicional.
*Afianzar
su autoestima y el desarrollo de sus capacidades.
LA
MINCHULA
Había una
vez una familia que tenía dos hijos un varón y una mujer, un día murió la madre
y el papá quedo solo con sus dos hijos, después se casó con una señora malvada
que convenció al papá de abandonarlos en el bosque a los niños. Los niños se
habían dado cuenta de esto y cuando el papá les llevo, ellos llevaron piedritas
para votar en el camino y así poder regresar a casa. Luego por segunda vez la
madrasta le exigió a su esposo que les lleve a los niños al bosque, pero esta
vez los niños llevaron cancha para regar en el camino y regresar. Una vez
alejados de casa, el padre con mucha tristeza decidió abandonar a sus niños,
diciéndoles que se quedaran allí y que él iba a cortar leña y ya regresaba,
después de esto los niños decidieron regresar a casa, donde no lo lograron
porque los pajaritos comieron los granos de cancha, luego se vieron perdidos y
subieron a un árbol muy alto y a lo largo vieron una casa que humeaba, ellos
felices se dirigieron a la casa y se dieron con la sorpresa que había mucha
comida, decidieron entrar y se encontraron con la dueña de la casa, esta era
una señora fea, y muy mala que comía a los niños le llamaban la minchula, donde
ella le pidió a los niños que le llamaran abuelita. Esta minchula malvada se
propuso engordar a los niños para luego comerlos, el que
engordo primero fue el niño y fue devorado, la siguiente por devorar era la
niña, pero ella ya se había dado cuenta de lo sucedido, ella quería escapar a
como dé lugar y no sabía cómo, pues la malvada lo tenía encerrada junto a ella
y no la dejaba salir. Una noche la niña despertó a la minchula y le dijo ¡abuelita
quiero mear! La minchula respondió ¡meate en mi manito hijita! ¡No que jiede tu
manito abuelita! ¡Entonces méate en mi orejita! ¡No que jiede tu orejita!
Entonces la abuelita le amarro con una soga y le dejó salir la niña una vez
afuera de la casa desato la soga y la amarro en una planta de espinas y escapo.
La minchula al ver que la niña no regresaba jaló la soga y la planta de espinas
se le vino encima de la cabeza y murió.
La
niña logro llegar a casa y encontró a su padre solo y arrepentido y se
perdonaron y vivieron felices.
EL DUENDE
Había
una vez una señora que tenía un hijo pequeño de 3 años de edad, el niño aún no
estaba bautizado, vivían en el campo y tenían muchos árboles y árboles de higos
también.
El
niño empezó a levantarse por las noches eso de las doce y una de la mañana, el
niño jugaba y se reía y luego se acostaba a dormir, varias noches hacia lo
mismo, su mamá se preguntaba con quién jugaba su hijo, y ella también se empezó
a levantarse por las noches a ver con quien jugaba, entonces la señora vio que
su hijo jugaba con otro niño de su misma edad y tamaño pero este niño tenía un
color distinto a un niño normal, la señora se asustó ya que no sabía que era
con lo que jugaba su hijo.
En la
mañana la señora pregunto a sus vecinos lo que había ocurrido con su hijo,
entonces estos vecinos le advirtieron que era el duende, y éste una vez que se
encariñaba con el niño ya no quería dejarlo así que se los llevaba a donde
vivía el, pero este duende solo se fijaba el los niños que no eran bautizados.
En la
noche ocurrió lo mismo el duende apareció a jugar con el niño pero esta vez
quería llevárselo, empezaron a jugar y el duende quería sacarle de su casa y le
decía que se vallan a jugar afuera pero el niño no quería así que el duende con
engaños lo saco y entre juegos y risas se lo llevo al árbol de higos donde él
vivía y desaparecieron, cuando la señora despertó ya no estaba su hijo había
desaparecido el duende lo había llevado y ella se quedó muy triste.
LA MINYULA
Había
una vez una minchula que un día lo robo a un niño, pero esta minchula era
ciega, y al niño lo llevaba caminando; pero este niño llevaba en una bolsa
cancha y mote y se iba votando por el camino por donde iba botaba una cancha o
mote caminaban y caminaban y así la minchula lo hizo llegar hasta su casa.
La
michula lo decía al niño que con el ojo tuerto lo robaba y también lo robaba su
comida y entonces al llegarse la noche la minchula lo llevo al niño a dormir,
pero esta minchula lo amarro al niño con una soga por media cintura para que el
niño no se escapara pero el niño estaba
pensando como escapar.
A
media noche el niño decía que quería orinar, pero este niño lo mentía a la
minchula porque quería escapar y así
repetía y repetía para que la minchula lo dejara salir.
Entonces
la minyula al ver que el niño insistía lo amarro bien duro
con la soga y lo mando que salga a orinar, el niño ya tardaba mucho
entonces la minchula desde su cama gritaba “ven hijito porque si yo salgo te
cómo” y el niño lo decía ya mamita, pero él estaba desatándose de la soga para
escaparse y cuando se desato la soga lo amarro en un palo y se escapó.
El
niño se caminado por donde él había botado su cancha o mote esa era su guía
para llegar a su casa.
La
minchula al ver que no llegaba el niño
salió cogida de la soga a verlo, pero la minchula se da con la sorpresa
que el niño se había escapado y la soga lo había amarrado en un palo, entonces
esta minchula se puso a gritar.
EL DUENDE DEL POZO
Había
una vez una señora que vivía en el campo, esta tenía su esposo y sus animales
que criaba, la señora cuando iba a pastar sus vacas siempre se iba a sacar agua
del pozo, este pozo se había formado por las lluvias y el agua que estaba allí
estaba estancada . Cierto día cuando la señora iba a sacar agua del pozo y sé
quedo dormida allí a lado del pozo. La gente decía que ese pozo era muy malo y
embrujado, cuando la señora despierta se levanta delirando y se va a su casa.
Después
de 5 meses la señora se da cuenta que está embarazada, pero como tenía su
esposo la gente pensaba que era de él, y llego a los 9 meses y la señora no
daba a luz; entonces la señora fue llevada al doctor. Él lo hizo una ecografía y se dieron cuenta que
la señora tenia culebras en su vientre.
El
esposo de la señora y otros pobladores decidieron amarrar y matar a las
culebras cuando la señora dé a luz.
Cuando
llegó el momento del alumbramiento todos estaban muy atentos para poder
ejecutar todo el plan, pero no se imaginan que paso……! A todos les vino un
sueño muy profundo que, y despertaron después que las culebras ya habían nacido
y se habían escapado.
Cuentan
que desde ahí las señoras cuando están embarazadas no pasan por dicho lugar
porque existen los duendes que se transforman de diferentes formas de animales
y pasar por esos lugares es muy malo…
Colorín
colorado el cuento se ha terminado y si no te ha gustado a cuéstate al otro
lado.
LOS
DOS HERMANOS
En la comunidad de Cabracancha,
cerca de la ciudad de Chota, vivían los hermanos Julio y Andrés junto a su mamita. El primero
aparentemente era muy listo, en cambio el segundo fingía ser un tonto.
Un día Julio salió a recoger leña porque ya no
tenía leña para cocinar, pues el aguacero ya apuraba.
En casa quedó Andrés al
cuidado de su mamita, cumpliendo su deber le sirvió agüita de manzanilla con
harina de cebada y mientras la viejita comía, él le rozaba los pies con una
fina pluma de gallina y al mismo tiempo le decía:
¡Cosquillas, cosquillas
mamita!
La viejita reía a carcajadas
hasta que se ahogó y murió instantáneamente.
Andrés muy asustado cargó a su
mamita y la colocó en el segundo piso de la casa, sentada con su rueca en la
cintura hilando un copo de lana.
Pasaron unas horas, Julio retornó a la
vivienda y preguntó:
¿Dónde está la mamita?
Se subió al segundo piso, allí
está sentada hilando su rueca, cuando la llamo no me contesta, para colmo no me
quiere ni mirar -contestó Andrés.
Julio decidió ir a verla, pero
al tocarla por el hombro, la viejecita se desplomó aparatosamente.
¡La mamita está muerta! -exclamó muy
sorprendido y apenado
¡No puede ser! La mamita se subió sanita y
buena -manifestó Andrés.
Los dos hermanos se abrazaron
y lamentando la muerte de la abuelita tuvieron que arreglar la casa para el
duelo. Horas después la gente iba llegando al velorio y les daban el más
sentido pésame por tan irreparable pérdida, pero al promediar el medio día,
Andrés sentía un hambre irresistible y se le ocurrió robar un huevo a su única
gallina colorada, ésta al darse cuenta se asustó y huyó del nido cacareando en
forma muy alborotada.
¡Ah!
Quieres hablar que yo te he robado un huevo, ¿no? -dijo Andrés al animal,
entonces cogió un palo y de un golpe la bolo la cabeza, pero al momento de cocinarla se dio
cuenta que no alcanzaba para todos los acompañantes, por lo que también mató a
su gato y lo preparó haciéndolo pequeños trocitos. Al percatarse de este acto
los dolientes y acompañantes optaron por abandonar el domicilio de los dos
hermanos, puesto que el almuerzo era muy comprometedor.
Instantes después los hermanos
al verse muy solos decidieron llevar el
cadáver al cementerio para darle cristiana sepultura, entonces alquilaron un burro
para trasladar a su mamita al cementerio. Julio jalaba al animal y Andrés hacía
de arriero.
El camino al campo santo
estaba poblado de espinas de esta planta atraparon las ropas de la viejita, no
obstante Andrés se hizo el que no sabía nada, pero al llegar al cementerio
Julio muy molesto preguntó a su hermano:
¿Dónde está la mamita?
¿La
mamita? ¡Ah!… la vi que se quedó comiendo moras -contestó Andrés.
Finalmente, a Julio no le
quedó otra alternativa que retornar en busca de su mamita para conducirla
nuevamente al cementerio y darle una cristiana sepultura.
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